jueves, 5 de mayo de 2016

La formación en el puesto de trabajo 

a través de los mandos y la información 

específica sobre el riesgo.


        La labor informativa y formativa en prevención que la Ley 31/1995 exige (artículos 18 y 19) es de un alto coste para la empresa y puede ser inútil a lo largo del tiempo si no se refuerza adecuadamente y se integra en el quehacer diario, por lo que es aconsejable utilizar medios complementarios de carácter práctico que permitan la consolidación y el mantenimiento de los conocimientos adquiridos a través de las actividades formativas. Estas actividades se deben relacionar con la experiencia e integrarse en la organización y en el entorno laboral, ya que el exceso de información de la sociedad actual conlleva que, si ésta no va dirigida al entorno o puesto de trabajo específico, con frecuencia se desprecie.

      La elaboración participada de carteles y folletos informativos en la propia empresa y adaptados a sus puestos de trabajo y riesgos específicos y la gestión de los mismos a través de sus mandos inmediatos es un medio, que no por sencillo es menos eficaz para la integración de la prevención, ya que todos sabemos que, además, tienen más efecto los mensajes a medida o personalizados que los que no lo son. 

El estudio de los puestos:

       En primer lugar es aconsejable buscar tiempo y oportunidad para estudiar a fondo los puestos de trabajo donde se pueda aplicar la modalidad formativa e informativa de refuerzo, mediante carteles o folletos divulgativos gestionados a través de los mandos, analizando con detalle el colectivo afectado, la estructura de la organización y los riesgos específicos. Después de la selección y clasificación prioritaria de los riesgos, es conveniente solicitar la participación de los implicados ya experimentados, si los hay, en la definición de los riesgos y su prevención y en la forma de tratar la información. Por último, ayudará a definir la estrategia formativa la concreción exacta de los objetivos. 

Los objetivos y la estrategia formativa:

         El análisis detallado del colectivo sobre el que se desea actuar (antigüedad en el puesto, edad, costumbres, conocimientos básicos, etc.) y de los objetivos que queremos alcanzar (proporcionar conocimientos preventivos, cambiar la actitud de los trabajadores, adquirir nuevos hábitos de trabajo, cambios de hábitos perniciosos, etc.) establecerán el punto de partida y las necesidades para poder definir la estrategia formativa, que valorará las acciones que podrían realizarse, discutiendo entre el grupo sobre su posibilidad y eficacia. Entre ellas podemos contemplar las sesiones informativas, reuniones, trabajos de grupo, exposiciones, periodicidad, reparto de folletos, plazo de repetición del proceso formativo, evaluación, etc. La información puede contener uno o varios mensajes, según se trabajen los temas, pretendiendo en general alcanzar un fin más integrado que la pura sensibilización o el mero conocimiento puntual de los riesgos y su prevención. Es importante que los trabajadores lleguen a comprender “la razón de ser” de las medidas de prevención y puedan responder a situaciones imprevistas que no se han podido recoger en las mismas. La asignación a un mando inmediato de la tarea de la formación específica en cada puesto o tipo de trabajo facilitará la valoración de la evolución y la eficacia del proceso formativo. Por otro lado, la revisión periódica del contenido de la información escrita sobre la que se trabaje será primordial para el buen uso de la misma.

El tratamiento del texto y de la imagen:

        Existe material divulgativo diverso que trata de los riesgos específicos en los puestos de trabajo, pero dada la extensión de los temas que se deben tratar en una empresa, es conveniente que los responsables de prevención se atrevan a diseñar, sin reparos, sus propios folletos o carteles informativos sobre los riesgos específicos de los puestos de trabajo de su empresa. Hoy en día se dispone de medios gráficos suficientes para poder realizar los bocetos (ordenador, fotocopiadora, escáner, PC, impresora color, cartulinas plastificadas, cartón pluma, etc.). La estructuración de la información y el diseño (color, forma, tipo de letra, etc.) son de gran importancia en el impacto posterior, por lo que se deben aplicar unas orientaciones grá- ficas para el diseño de este material divulgativo, que se indican en el cuadro adjunto. Dependiendo de la habilidad del personal, el presupuesto disponible y la duración que se desee, este material puede emplearse directamente o ser tratado por una empresa especializada, considerando siempre que toda acción preventiva es útil.


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