El ruido es sonido no deseado. "Ruido" viene del latín, "rugitus", rugido.
El ruido experimentado por personas que no lo
producen se denomina "ruido ajeno". De la misma forma que el humo de un
cigarrillo ajeno, el ruido ajeno puede tener un impacto negativo sobre
las personas sin su consentimiento.
El ruido es sonido no deseado, y en la actualidad se
encuentra entre los contaminantes más invasivos. El ruido del tránsito,
de aviones, de camiones de recolección de residuos, de equipos y
maquinarias de la construcción, de los procesos industriales de
fabricación, de cortadoras de césped, de equipos de sonido fijos o
montados en automóviles, por mencionar sólo unos pocos, se encuentran
entre los sonidos no deseados que se emiten a la atmósfera en forma
rutinaria.
El problema con el ruido no es únicamente que sea no
deseado, sino también que afecta negativamente la salud y el bienestar
humanos. Algunos de los inconvenientes producidos por el ruido son la
pérdida auditiva, el estrés, la alta presión sanguínea, la pérdida de
sueño, la distracción y la pérdida de productividad, así como una
reducción general de la calidad de vida y la tranquilidad.
Experimentamos el ruido en diversas formas. En
ocasiones, podemos ser a la vez la causa y la víctima del ruido, como
sucede cuando utilizamos equipos electrodomésticos como aspiradoras,
procesadores de alimentos o secadores de cabello. También hay
oportunidades en las que sufrimos el ruido generado por otras personas,
al igual que sucede con el humo del cigarrillo. Aunque en ambos casos el
ruido es igualmente perjudicial, el ruido ajeno es más problemático
porque tiene un impacto negativo sin nuestro consentimiento.
El aire en el cual se emite y propaga el ruido ajeno
es un bien público, de uso común. No pertenece a nadie en particular
sino a la sociedad en su conjunto. Por consiguiente, ni la gente ni las
empresas ni las organizaciones tienen derecho ilimitado a propalar sus
ruidos a discreción, como si esos ruidos se limitara solamente a su
propiedad privada. Por el contrario, tienen la obligación de usar dicho
bien común en forma compatible con otros usos.
Las personas, empresas y organizaciones que no asumen
esta responsabilidad de no interferir en el uso y disfrute del aire
común y en cambio crean contaminación por ruido, actúan en forma similar
a un matón en el patio de la escuela. Aunque quizás sin proponérselo,
ignoran los derechos de los demás y reclaman para sí derechos que no les
corresponden.
Nos hemos organizado para aumentar la conciencia
acerca de la contaminación por ruido y para ayudar a la comunidad a
mejorar su situación en relación con este contaminante, luchando contra
las violaciones del derecho a la tranquilidad.
http://www.fceia.unr.edu.ar/acustica/comite/queesrui.htm
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